Generación del 37 y generación del 80.
"Generación del 37" fue un grupo de líderes políticos e intelectuales argentinos que jugaron un papel crucial en la formación de la Argentina como nación independiente y en la elaboración de su marco constitucional. Sus ideales liberales y su enfoque en el federalismo tuvieron un impacto duradero en la historia política y cultural del país. Pues buscaban la soberanía popular y la libertad de creencias y pensamiento, posiciones opuestas al gobierno rosista del momento. Esteban Echeverria, crea el Salon Literario en 1837 para sentar las bases de la literatura nacional mediante la fomentación de la escritura y la lectura de los escritos de los miembros del Salón, los cuales eran perseguidos y en algunos casos exiliados por ello.
En 1880 la argentina comienza a sufrir transformaciones culturales. Por este motivo, ese año, precisamente, se toma como un periodo de creación renovado, que trae consigo cultores que provocan una literatura común: así alcanza a formarse un grupo generacional de autores de élite que producen sus obras entre la década del 80 y el primer lustro del 90. Estos intelectuales están unidos por una visión de la realidad similar y por intereses comunes.
A pesar de haber controversias entre la bibliografía que refiere a la “Generación del 80”. Podemos convenir en tres características que describen adecuadamente a los autores pertenecientes a la clasificación: son políglotas porque no solo hablan español sino también leen y escriben en diferentes lenguas, tal como Mansilla quien era hablante de Francés, Inglés, Guaraní y Latin; son cosmopolitas ya que se sienten lugareños sin importar donde se encuentran, en el caso de Lucio se da al residir por ejemplo en Estados Unidos y Francia; y finalmente son diletantes debido a que los autores hacen literatura, no por necesidad, sino por placer pues ya tienen profesiones formalmente establecidas, por ejemplo, militar.
Podemos inferir entonces que todos intervinieron en cargos políticos y fueron hombres notables que con su quehacer público establecieron la forma de construir la nación. Sin embargo, pese a la necesidad prácticamente innata de alcanzar el poder que manifestaban por ser descendientes de la clase trabajadora, la mayoría de ellos no pudo ocupar un rol político destacado y estuvo condenada a ser víctima de fracasos y frustraciones.
Proporcionamos el siguiente cuadro que facilitará la comparación de ambas generaciones:
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